Pacino y De Niro presentan en Madrid 'Asesinato justo', su tercer filme juntos
Dos partes de la Santísima Trinidad interpretativa se hicieron ayer carne en Madrid. Robert Mario de Niro júnior (Nueva York, 1943) y Alfredo James Pacino (Nueva York, 1940), o Bob y Al, como se refieren entre sí, pasaron 24 horas en la capital española para promocionar el tercer filme que ruedan juntos, Asesinato justo, y el primero en el que comparten numerosas secuencias. Llegaron el viernes y pasaron la mañana del sábado en sus habitaciones del hotel Ritz antes de comparecer unos 40 minutos (que dieron para 17 preguntas) en una rueda de prensa.
Posteriormente, asistieron por la noche al preestreno de este thriller policial, que se estrena en las salas el 3 de octubre, y volaron a Londres.
Con ellos, Jon Avnet, director en declive -hace ya más de 10 años de sus mejores filmes, Tomates verdes fritos y La guerra-, animó la rueda de prensa con su gorra del Real Madrid ("No hay mejor jugador que Raúl").
De Niro y Pacino, vestidos de oscuro, charlaron de lo humano y lo divino, y de la tercera parte de la Santísima Trinidad, Marlon Brando: "No ha habido actor más grande en EE UU", dijo Pacino.
De Niro y Pacino, vestidos de oscuro, charlaron de lo humano y lo divino, y de la tercera parte de la Santísima Trinidad, Marlon Brando: "No ha habido actor más grande en EE UU", dijo Pacino.
Si éste estuvo parlachín, De Niro se mostró entre tímido y pacato. ¿Por qué han rodado Asesinato justo? "En El Padrino 2 trabajamos juntos, pero obviamente no compartimos secuencias, y en Heat sólo dialogamos en una.
Cuando Jon me dijo tras acabar 88 minutos que preparaba un guión con Bob y que había un personaje para mí, no lo dudé", explicó Pacino.
Mirada al infinito de De Niro: "Fue como lo cuenta Al".
Así siguieron.
Así siguieron.
El uno, Pacino, interesado en la interpretación -"Soy un actor en busca de un papel"- y pidiendo perdón por sus batallitas de abuelo -"Soy más viejo que Bob, tengo más historias que contar"-.
De Niro le miraba de reojillo socarrón y aseguraba que ahora se centra en su familia:
"Dediqué tres años a la dirección de El buen pastor.
Ya sólo quiero hacer esfuerzos por cosas así".
Pacino siguió con su pasión, la interpretación.
"Siempre el mismo problema: ¿existe un papel para mí? Quizá me interesen más las ideas que los papeles.
No soy un director, dirijo películas sobre cosas que me atraen.
Ahora estoy montando, después de tres años de trabajo, una película que es una minimemoria sobre mis experiencias con Oscar Wilde y su Salomé".
De Niro, por su parte, espera arrancar la segunda parte de El buen pastor.
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