Algunos proverbios de Salomón
“Fíate del Señor de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia” (3:5).
“Hijo mío, guarda mis razones, y atesora contigo mis mandamientos. Guarda mis mandamientos y vivirás, y mi ley como las niñas de tus ojos” (7:1-2).
“El temor del Señor es aborrecer el mal” (8:13).
“En las muchas palabras no falta pecado; mas el que refrena sus labios es prudente” (10:19).
“Ciertamente la soberbia concebirá contienda; mas con los avisados está la sabiduría” (13:10).
“El corazón del hombre piensa su camino; mas el Señor endereza sus pasos” (16:9).
“Alábete el extraño, y no tu propia boca; el ajeno, y no los labios tuyos” (27:2).
“Hierro con hierro se aguza; y así el hombre aguza el rostro de su amigo” (27:17).
“El que hace errar a los rectos por el mal camino, él caerá en su misma fosa; mas los perfectos heredarán el bien” (28:10).
“El que encubre sus pecados no prosperará; mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia” (28:13).
“El Señor da la sabiduría” (2:6).
“Él provee de sana sabiduría a los rectos; es escudo a los que caminan rectamente” (2:7).
“Hijo mío, guarda mis razones, y atesora contigo mis mandamientos. Guarda mis mandamientos y vivirás, y mi ley como las niñas de tus ojos” (7:1-2).
“El temor del Señor es aborrecer el mal” (8:13).
“En las muchas palabras no falta pecado; mas el que refrena sus labios es prudente” (10:19).
“Ciertamente la soberbia concebirá contienda; mas con los avisados está la sabiduría” (13:10).
“El corazón del hombre piensa su camino; mas el Señor endereza sus pasos” (16:9).
“Alábete el extraño, y no tu propia boca; el ajeno, y no los labios tuyos” (27:2).
“Hierro con hierro se aguza; y así el hombre aguza el rostro de su amigo” (27:17).
“El que hace errar a los rectos por el mal camino, él caerá en su misma fosa; mas los perfectos heredarán el bien” (28:10).
“El que encubre sus pecados no prosperará; mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia” (28:13).
“El Señor da la sabiduría” (2:6).
“Él provee de sana sabiduría a los rectos; es escudo a los que caminan rectamente” (2:7).
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