sábado, 11 de julio de 2009

El amor en los tiempos de la gripe: menos besos en Argentina


La voz de alerta "¡nada de besos!" resuena en cada encuentro en la calle, la oficina o el club, para evitar contagios de gripe porcina, en una Argentina donde hasta la mayoría de los hombres se besan en la mejilla para saludarse.
Incluso las productoras de televisión están tomando medidas para limitar los contactos labiales en las escenas amorosas o eróticas de los culebrones y otras audiciones que contengan efusivos momentos románticos.

"¡A darse la mano nada más, por ahora!", grita Marcelo Orio (52 años, comerciante), en un centro deportivo de fútbol sala del barrio porteño de Palermo, cuando llegan sus compañeros para el partido de rutina después del trabajo.
Pero otro de los jugadores, Carlos Dubinis, (49, licenciado en Economía), le recuerda que a través de las manos también se transmite el temible enemigo microscópico del que se habla hasta por los codos en los medios de comunicación del país.

Este entusiasta grupo que se reúne por amor al fútbol y para olvidar durante dos horas las preocupaciones, comenta extrañado la cifra oficial de 100.000 contagiados con 88 muertos.

Uno que dice ser médico sostiene que el inquietante cómputo ni puede compararse con otro más grave, según el cual el promedio anual de engripados estacionales en Argentina suma tres millones con casi 4.000 muertos.

De pronto todos ríen y, como buenos argentinos que son, deciden transgredir las recomendaciones de los especialistas y comienzan a saludarse como les viene en gana.

Fuera de broma, Héctor Rodrigo (56, mecánico de ascensores), eleva el tono para criticar a "ciertos programas de TV y noticieros que alarman y crean psicosis, en lugar de informar".

En una escuela secundaria administrada por una orden religiosa católica del residencial barrio de Belgrano, nadie quiere dar el apellido, pero cuentan que las profesoras de más edad prefieren evitar en estos días las expresiones demasiado cariñosas.
"Entre nosotras hay diferencias, pues las mayores no están besando y las más jóvenes lo hacen como siempre", cuenta Marcela (38 años, profesora de Historia).
Sin embargo, la mayoría de las señoras y señoritas, educadoras del nivel medio, admiten que para higienizarse llevan en sus carteras los frasquitos con el alcohol en gel que tanto cuesta conseguir últimamente.

Confundidos por mensajes contradictorios que lanzan autoridades federales y distritales, los porteños intentan disfrutar los dos festivos de esta semana y el receso escolar hasta agosto, pero sin teatros ni espectáculos para niños.

Una multitud sin temor se aglomera en las filas para comprar tickets en los multicines de la capital, aunque los espectadores deben sentarse separados butaca de por medio.
Y por supuesto que las parejitas jóvenes, como ocurre desde que los Lumiere inventaron el cinematógrafo, aprovechan la oscuridad de la sala para estamparse apasionados ósculos, en medio de promesas de amor eterno.

Tampoco la televisión, tan desprejuiciada en su ambiente interno, logró hacerse la distraída y se están tomando prevenciones, como la que el popular actor paraguayo Arnaldo André le contó al diario Clarín.
"Afortunadamente los besos que me tocaban a mí ya los he dado.
Tratamos de tomar los recaudos necesarios, no nos saludamos con besos entre compañeros, a menos que sea indispensable tomamos distancia en las escenas", dijo André, protagonista de la telenovela 'Valientes'.

El amor en los tiempos de la gripe hizo cambiar los hábitos y la serie televisiva juvenil 'Champs 12', en la que abundan escenas de sexo y besuqueos ardientes, está poniendo en pantalla escenas grabadas en semanas anteriores

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