miércoles, 31 de octubre de 2012
LA TORRE INVERTIDA DE SINTRA
El ingreso a la torre invertida de Sintra, en Portugal, es una inmersión vertiginosa en símbolos y misterios.
Pertenecía al aristócrata portugués Antonio Augusto Carvalho Monteiro quien estudio a fondo masonería y alquimia.
La torre invertida se encuentra en el palacio de Regaleira situado en pleno Centro Histórico de Sintra y clasificado como Patrimonio Mundial por la Unesco.
El ingreso a la torre se realiza a través de una puerta de piedra que se abre gracias a un mecanismo oculto. En lugar de subir hasta las nubes, cada quince escalones se baja un piso en la construcción
La torre tiene 9 niveles, recordando los 9 círculos (del infierno, los del paraíso y del purgatorio) que tuvo que recorrer Dante para llegar a su amada Beatrice, en el clásico de La Divina Comedia.
Según los reputados ocultistas Albert Pike, René Guénon y Manly Palmer Hall, es en La divina comedia donde se encuentra por primera vez expuesta la Orden Rosacruz.
En el fondo del pozo está, embutida en mármol, una rosa de los vientos sobre una cruz templaria, el emblema heráldico de Monteiro y, simultáneamente, indicativo de la Orden Rosacruz.
También se la conoce con el nombre de “Pozo iniciático” porque se sabe que era usado en rituales masónicos de iniciación.
El pozo está comunicado mediante varias galerías o túneles con otros puntos de la quinta: la entrada “dos guardiôes” (entrada de los guardianes), el lago de la cascada y el pozo imperfecto.
Estos túneles, otrora habitados por murciélagos, hoy en día alejados por los muchos turistas que visitan el lugar, están recubiertos con piedra importada de la costa marítima de la región de Peniche para sugerir un mundo sumergido.
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martes, 30 de octubre de 2012
La cueca, tan mestiza, tan boliviana
El baile del amor
La cueca, tan mestiza, tan boliviana.
La Razón
El galanteo que el gallo hace a la gallina es el origen de la cueca, explica la profesora de danza Lily Zuleta, que trabaja en el Taller Cultural Tunupa del Museo de Etnografía y Folklore (Musef). Los esclavos negros en Perú interpretaban ese ritual del mundo animal a modo de danza. Esa forma de bailar se mezcló con otros ritmos españoles traídos por los colonizadores y fue adquiriendo sus matices allí donde echó raíces.
Primer paso: Presentémonos
La pareja de baile, hombre y mujer, se ponen frente a frente y alistan el pañuelo. Es el momento de aproximarse. Es la introducción.
En 1824, apenas creada la república peruana, ganó fama la danza que los descendientes de africanos bailaban en Lima, la zambaclueca, que derivó en zambacueca: baile para conquistar a la zamba (a la mestiza), cuenta la profesora. Según publicó el investigador argentino Carlos Vega en la Revista Musical Chilena en 1947, alrededor de 1825 ese baile llegó, gracias al intenso tráfico comercial, a Santiago de Chile. Allí triunfó entre los aristócratas, pero pronto las clases populares lo adoptaron. El nombre quedó reducido a cueca y alcanzó la categoría de danza nacional.
De allí pasó a Argentina y, hacia 1865, retornó a Perú y llegó a Bolivia. Era conocida como cueca chilena pero, para abreviar, la gente la llamaba “chilena”.
Hasta que estalló la Guerra del Pacífico, indica Zuleta. Para no referirse a esa coreografía con el gentilicio del enemigo, en Perú se la rebautizó como “marinera” y, en territorio nacional, simplemente “cueca”.
Además de raíces afro, este alegre baile tiene orígenes españoles, pues es el resultado de la mezcla con danzas que llegaron de la península, como el flamenco o el minueto, pero principalmente la jota aragonesa. “Esa mezcla de culturas —argumenta Zuleta— hace que esa cueca que al principio era tan sensual, se torne más bien solemne. “Pero no deja de tener el mismo mensaje de amor”. Porque eso es el baile de los pañuelos: la conquista de la pareja.
En Bolivia, comenzó a bailarse en Sucre, La Paz y Potosí, centros políticos y económicos aquella vez. “Se volvió una danza del poder, de la élite de esa época”, resalta la maestra. “No había una señorita que no la bailara”. Pero después, otros bailes se pusieron de moda en los salones paceños a los que acudían los de la “alta alcurnia”: el vals y la mazurca, de orígenes europeos. Las clases populares se quedaron con la cueca, si bien en las celebraciones más estiradas llegaba un punto en que se dejaba de lado la rigidez para coquetear con el baile mestizo.
La nueva burguesía de aquel entonces, el “cholaje señorial”, se adueñó de la cueca y comenzó a bailarla en todas sus fiestas, ya fueran familiares o sociales. Para tales eventos, las mujeres se vestían de blusa de seda importada, con encajes y mantas; pollera y botas de media caña, al estilo europeo.
Coronaban las dos trenzas con sombrero blanco de lana y, a veces, de paja (al estilo cochabambino), atuendo que se conoce como de “chola antigua”.
El complemento masculino para la cabeza era negro en la ciudad y blanco en las regiones del área rural. Lo demás: pantalón, camisa y faja, era común para todos los varones. Por supuesto, el pañuelo era y es elemento indispensable de la danza.
Su presencia puede remitir a costumbres europeas de la Edad Media, cuando las mujeres lo mostraban a aquellos hombres a los que querían entregar sus favores. Pero Zuleta apunta a otra teoría: la que defiende al pañuelo y su papel en la cueca como alegoría del aleteo del gallo y la gallina durante el acto del galanteo.
Moverlo no es cualquier cosa, pues al mismo tiempo que juguetea en el aire, y va y viene abriéndose como un abanico, el brazo debe estar quieto. El truco está en agitarlo dibujando un ocho con la muñeca .
Segunda: Conozcámonos
Los bailarines se acercan dos veces al centro, se miran y regresan al lugar de inicio para estar de nuevo uno frente al otro. En el encuentro ya se van conociendo.
Contribuyó a su difusión el que compositores bolivianos comenzaran a crear piezas musicales. Durante la segunda mitad del siglo XIX, el guitarrista y compositor José Bravo creó 26 canciones entre 1840 y 1870, la mayoría con influencias europeas pero hubo entre ellas una cueca, según la Oficialía Mayor de Culturas de La Paz.
El potosino José Lavadenz (1883-1967) es otro de los músicos destacados de inicios del siglo XX. En 1905 publicó en Sucre un álbum titulado Aires Nacionales expresamente arreglados para la distinguida señorita Esther Carvajal, compuesto por 12 bailecitos y 12 cuecas antiguas que recopiló para dedicarlas a la joven. La Ñico Ñico, El Ayuyero, La Chinita, La Carcajada, Las Estrellas y La Pascualita son algunos de los temas para el pañuelo.
De entre los músicos paceños destacan Adrián Patiño Carpio (1895-1960), que compuso Cuerpo de Caballería y Aviador Alarcón; Julio Bracamonte (1947-1995), con Para tu mirar y Sueños; o Néstor Olmos Molinas (1929-2006), autor de Rosa Carmín, Tus ojos y Arbolito. Y, por supuesto, Manuel Elías Coronel, quien compuso durante su servicio en la Guerra del Chaco Cholita paceña, quizás la cueca más importante de La Paz.
Hay que mencionar a Apolinar Camacho, padre de A Bolivia, de 1939, popularizada a partir de 1963 como Viva mi patria Bolivia, el segundo himno nacional.
A partir de la Guerra del Chaco (1932-1935), la cueca se expandió por gran parte del territorio nacional y nacieron las versiones regionales, proceso que se acentuó tras la revolución de 1952. En La Paz, Oruro y Potosí es paseada y elegante, en comparación con la música y el baile de Tarija y Cochabamba. La chuquisaqueña es la más lenta de todas, describe el músico e intérprete Luis Gutiérrez.
Hubo una especie de cueca conocida como La Mariquita que, según el libro Danzas y Canciones Argentinas (1936), de Carlos Vega, se bailaba en Santa Cruz y gran parte de Argentina, hoy extinta.
Las características de cada versión regional tienen que ver con el propio carácter de la gente y con el ámbito en el que se la baila. En La Paz es “netamente citadina”, explica el maestro del taller de danzas paceño Fantasía Bolivia, José Farfán. Lo mismo sucede en las otras ciudades del altiplano y en Chuquisaca, donde las piezas musicales se tocan en tonos menores: con notas sostenidas y con un sonido melancólico. “Son más nostálgicas”, según Gutiérrez, mientras las tarijeñas suenan más “vivas”. En esa región, como en Cochabamba, la cueca es del área rural. Por ello, dice Farfán, es “correteada y alegre”.
En todos los casos, llegados a un punto, los pasos se acortan y el ritmo se acelera. Es el súmmum del coqueteo. Es entonces cuando los asistentes al festejo lanzan los aro-aro y suena algún “¡salud!”.
La quimba: A que te conquisto
El bailarín va tras la mujer, que lo esquiva y usa el pañuelo para esconder su rostro.
En las composiciones breves, casi siempre en forma de rima y humorísticas que se lanzan en medio del baile para hacer un pequeño descanso, también hay diferencias regionales. Algunas ya se tienen en mente, otras se improvisan. Para eso tienen más gracia los tarijeños y chaqueños, que además sueltan versos pícaros, asegura Farfán: “Yo no entiendo por qué nosotros (los paceños) somos tan apagados”, tan solemnes.
“La cueca se diferencia por el mismo carácter de la gente. Por ejemplo, en el altiplano somos más serios, más introvertidos, entonces la cueca es más quietita”, dice el profesor de baile Carlos Aruquipa en No se baila así nomás..., un estudio antropológico de la danza realizado por Eveline Sigl y David Mendoza. Pero, además, los dos autores sostienen que no se trata sólo de eso, sino de la mezcla con los roles de clase: en La Paz, como en Oruro, Potosí y Sucre, esa introversión autóctona se mezcla con la altanería de las clases europeas que tienen el poder y que se consideran, además, personas de mayor categoría.
Eso se refleja en el desplante, la delicadeza, la caballerosidad, propias de la supuesta decencia y moralidad de la aristocracia, cualidades contrapuestas al erotismo y la picardía del campesinado.
También hay roles sexuales que, como sucede con los demás elementos de la danza, cambian según la parte del país en la que se baile. Como indican en su estudio Sigl y Mendoza, la cueca reproduce los estereotipos de hombre “viril” y mujer “femenina”; él “caballeroso” y ella, decente. El varón va, insistente pero galán, tras ella, que se hace rogar y desear.
En las áreas chaqueñas y tarijeñas, así como en los valles, las féminas son más extrovertidas, juegan mucho con el pañuelo, los movimientos son más rápidos y lo que ambos buscan (el enamoramiento) llega sin dar tanta vuelta al asunto.
Final: Estemos juntos
“Ya viene el amor”, resume Farfán. Y se representa con el zapateo.
Aunque ambos componentes de la pareja zapatean, destaca el movimiento del hombre. Representa la alegría por la conquista realizada. Y, tras el frente a frente final, viene el huayño o chairito, que es el final de fiesta —explica el sociólogo e investigador paceño David Mendoza— en el que “todos se agarran (bailan) con todos”. Aventura, incluso, que el chairo, el plato tradicional, viene de este baile, donde se mezcla todo. Esta costumbre se da en La Paz, así como en Oruro y Potosí.
“Es difícil hablar sólo de cueca paceña, porque es de toda una región y con raíces africanas y europeas”, insiste Zuleta. Esta danza es Patrimonio Cultural Intangible de La Paz desde el año pasado. Sin embargo, como hace notar Mendoza, pocos paceños saben hoy moverse al son de la cueca porque se ha perdido la transmisión de padres a hijos. Ahora, los que la bailan aprenden en las escuelas de danza. Y pensar que no hay un encuentro más sensual que éste de los pañuelos.
Cuecas paceñas
Rosa Carmín es uno de los títulos más importantes de las piezas musicales hechas para lanzarse a coquetear aireando el pañuelo. La compuso Néstor Olmos Molinas (1926-2006) en 1954. El tema inspiró una película homónima y una versión rockera con Maldita Jakeca.
En una noche clara, un caminante vio/ que en un rosal florido se estremecía de amor/ cantando dulces penas, una rosa de carmín./ Tengo una pena, dice, secretos de un querer.../ y es un tormento mío que necesito vencer, / tan fuerte es mi cariño que me parte el corazón. Viajero, tú que al pasar, un jazmín habías de encontrar/ dile al oído mi cantar/ dile que me has visto llorar... /caminante sólo tú sabes de mi sufrir.
El escritor Jaime Saenz escribió en Felipe Delgado (1979) un poema que, con música de Willy Claure y Jesús Durán, se convirtió en la cueca No le digas, que empieza así...
Si te encuentras con la Ninfa/ no le digas que he llorado/ dile que en los ríos me viste/ lavando oro para su cofre/ dile que en los ríos me viste/ lavando oro para su cofre.
Si te encuentras con la Trini/ no le digas que he sufrido/ dile que en los campos me viste/ buscando lirios para sus trenzas/ dile que en los campos me viste/ buscando lirios para sus trenzas.
Si te pregunta la Flora/ acordándose de mí/ no le digas que me has visto/ no le digas que la quiero/ en un rincón del olvido/ no le digas que la espero.
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viernes, 26 de octubre de 2012
LA COLUMNA VERTEBRAL
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jueves, 25 de octubre de 2012
domingo, 21 de octubre de 2012
jueves, 18 de octubre de 2012
NAMASTE
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sábado, 13 de octubre de 2012
Colón tuvo un contacto con OVNIS
En el viaje a América, Colón tuvo un contacto con OVNIS
Fue el 15 de septiembre de 1492. El navegante
genovés lo dejó asentado en su bitácora de viajes y lo describió como una
“candelilla de cera que se alzaba y levantaba”. Hoy los historiadores están
convencidos que fueron objetos voladores no identificados.
El navegante de origen genovés, al servicio de España, que llegó hasta lo que
se conoció como el Nuevo Mundo el 12 de octubre de 1492 vivió en su viaje un
encuentro cercano del tercer tipo que recién por estos días ha sido, por fin,
aceptado por los historiadores.
El navegante genovés vio OVNIS y lo asentó en su bitácora.
Todo está asentado en su bitácora de viajes, que hoy se conserva en un museo.
La primera referencia a supuestos hechos extraños en el cielo, ocurrió el sábado
15 de septiembre 1492. Allí Colón escribió en esa fecha lo siguiente:
“Navegó aquel día con su noche veintisiete leguas su camino al Oeste y
algunas más. Y en esta noche al principio de ella vieron caer del cielo un
maravilloso ramo de fuego en la mar, lejos de ellos cuatro o cinco leguas”.
¿Qué pudo ser ese fuego que cayó como un ramo luminoso al mar? Pues muchos
afirman que esto puede ser el indicio de los llamados Ovnis: “objetos submarinos
no identificados”, o como ha existido en muchos casos, ovnis que se ocultan en
el mar.
Los documentos que guardan los relatos de Colón.
Casi un mes después, el jueves 11 de octubre de 1492, momentos antes de que
Colón viera tierra por primera vez, dejó asentado: “Después del sol puesto,
navegó a su primer camino al Oeste. Andarían doce millas cada hora, y hasta dos
horas después de medianoche andarían noventa millas, que son veintidós leguas y
media”.
A las diez de la noche, estando Colón en el castillo de popa, vio lumbre,
aunque como fue cosa cerrada, llamó a Pedro Gutiérrez, repostero de estrados del
rey, diciéndole que parecía lumbre, que mirase él. Y así lo hizo y la vio.
Sorprendido ante lo desconocido así lo asentó Colón en su bitácora: “se vio
una vez o dos, y era como una candelilla de cera que se alzaba y levantaba, lo
cual pareciera ser indicio de tierra”.
Si bien para algunos esa ‘candelilla de cera que se alzaba y levantaba’ era
una fogata en tierra, para otros, como el investigador español Juan José
Benítez, la posibilidad es nula, tomando en cuenta la distancia a la cual se
observó.
Las bitácoras se conservan en un museo en España.
Benítez señala que, de acuerdo a los estudios del español Manuel Audije
(quien fuera oficial de la Armada), “cuando Colón y otros hombres vieron la
extraña luz, se encontraban a 14.5 leguas de tierra. Es decir, a poco más de 80
kilómetros, una distancia excesiva para lograr distinguir una hoguera en
tierra”.
Por lo tanto, muchos conocedores del fenómeno OVNI afirman que Cristóbal
Colón presenció luces que aparecieron hasta dos veces yendo de arriba hacia
abajo en el horizonte. Estas luces han sido consideradas como OVNIS que estarían
presenciando sin tener conocimiento de qué se trataba.
El navegante genovés vio OVNIS y lo asentó en su bitácora.
Los documentos que guardan los relatos de Colón.
Las bitácoras se conservan en un museo en España.
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PABLO NERUDA , LO CONTRARIO DE ESTAR VIVO
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viernes, 12 de octubre de 2012
jueves, 11 de octubre de 2012
Los Rolling Stones lanzan un nuevo sencillo
Los Rolling Stones lanzan un nuevo sencillo con acogida
LONDRES (Reuters) -
Los Rolling Stones lanzaron un nuevo sencillo el jueves titulado "Doom and Gloom", su primera nueva canción en seis años, y las primeras críticas han sido variadas.
Conmemorando este año su 50 aniversario, el veterano grupo de rock autor de canciones como "(I Can't Get No) Satisfaction" o "Honky Tonk Women" han regresado a sus raíces con una canción rápida de blues descrita de forma variada como "enérgica", "sucia" y "pantanosa".
"Doom and Gloom" es uno de las dos nuevas canciones que aparecerán en su nuevo disco de grandes éxitos titulado "GRRR!", que saldrá a la venta el 12 de noviembre, y hubo una sensación de alivio entre la crítica cuando se descubrió que la canción tiene el viejo sonido de los Stones.
"La creencia generalmente aceptada por parte de la industria musical es que el nuevo material de los Rolling Stones existe simplemente para vender discos recopilatorios o entradas de conciertos", escribió Dan Silver en el periódico británico Mirror.
"Es por lo que informamos con cierto alivio de que realmente, es bastante bueno", añadió en una crítica en la que calificó con tres estrellas sobre cinco al sencillo.
Neil McCormick, del Daily Telegraph también le dio tres estrellas al Doom and Gloom, diciendo que era "lo mismo de siempre" del grupo y estableció comparaciones entre la canción y el "rock de sótano" de su aclamado disco de 1972 "Exile on Main Street".
Ambos críticos argumentaron que el punto flaco de la canción era la voz de Mick Jagger.
"La mejor parte es cuando deja de cantar y empieza a soplar", dijo McCormick sobre el interludio con armónica.
Silvester alabó los "acordes teñidos de nicotina" de Ronnie Wood y Keith Richards con las guitarras y la "tradicional magia" de Charlie Watts con la batería, pero añadió:
"Si hay un hay una parte más floja es, de hecho, Jagger, que grazna y aúlla sobre la canción como uno de sus artistas imitadores. Su extendida enunciación es espantosa, llegando en ocasiones al nivel de la parodia".
La revista musical NME describió a Doom y Gloom como un Recuerdo estimulante de los que les hizo grandes en sus primeros tiempos, una canción que se asentaría perfectamente entre sus clásicos. ¿Estás escuchando, Macca?", concluía, en referencia al ex Beatle Paul MacCartney.
"Doom and Gloom" y "GRRR!" son parte de una serie de eventos que conmemoran el medio siglo de los Stones, uno de los más exitosos e influyentes grupos de rock and roll del mundo que comenzó su andadura el 12 de julio de 1962 en el Marquee Club londinense, situado en Oxford Street.
Los roqueros caminarán por la alfombra roja en el festival de cine de Londres de la próxima semana por el estreno de un documental llamado "Crossfire Hurricane" y también publicarán un álbum fotográfico en julio.
El Museo de Arte Moderno de Nueva York organiza una retrospectiva audiovisual que comienza el 15 de noviembre y los Stones están incluso ayudando a decorar la famosa Carnaby Street de Londres estas Navidades.
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